Pareja misionera impacta comunidad cubana

Cuba 2022.07.27

Adays López conoció el evangelio en el hogar que presenció sus primeros pasos. Desde pequeña sintió el deseo de ser obrera y predicar la Palabra de Dios, cosa que hizo esporádicamente. Ariel González fue alcanzado en 1998 por el poder del Espíritu Santo. Pero, antes de experimentar el bautismo ya dedicaba jornadas al trabajo  misionero; en ocasiones salía días enteros por los campos, auxiliado por hermanos de experiencia, visitando enfermos y aprendiendo estrategias evangelísticas.

Pasado dos años, recibió el llamado directo a trabajar en comunidades donde no existía presencia adventista.

Ariel y Adays.

Así transcurrió la vida de estos hermanos hasta que en 2012 se unieron en el lazo sagrado del matrimonio y consolidaron sus sueños de servir en el ministerio a tiempo completo.

Los inicios de un ministerio de consagración

En un festival de laicos, desarrollado hace algunos años, el Pr. Aldo Joel Pérez, presidente de la Unión Cubana, mencionó los municipios donde aún no había presencia adventista y entre ellos estaba Florencia, Ciego de Ávila.

“Lo que nos motivó a penetrar en Florencia fue la impresión del Espíritu Santo”, cuenta Ariel, “y me dije hacia adentro, yo iré Señor”.

Posteriormente, en un retiro para matrimonios en el Campismo Boquerón, de Florencia, comenzaron las investigaciones con los lugareños. La emoción sobre el lugar llevó a Ariel a pedir prestada una bicicleta y temprano en la mañana pedaleó 12 kilómetros hasta la ciudad, dejando atrás las actividades propias del evento. A su regreso, ya tarde, su determinación estaba tomada, el Espíritu Santo le había convencido de penetrar ese lugar.

El inicio fue difícil. Florencia es un municipio de difícil acceso en relación con el transporte. Ariel comenta “cada viernes, a la cinco de la mañana, me levantaba y marcaba en la terminal para los pasajes en la única guagua que viajaba a Florencia en todo el día”.

Pero aún el viaje resultó de beneficio espiritual. Aunque lograba obtener asientos para él y su esposa, dice: “casi nunca viajaba sentado porque cedía mi asiento. Y agradezco a mi Dios por llenarme de bondad para ceder el asiento, a pesar del cansancio, porque de esa forma pude hacer varios de mis contactos misioneros y de mis lindas amistades que hoy gozo en este lugar”.

Así, estuvieron viajando durante dos años y medio creando amistades. Lograron asentarse en una casa y establecer un Escuela Sabática con muchos resultados. Cada fin de semana tenían que alquilar un lugar para alojarse. Pero ocurría que, en el próximo viaje, le negaban ese hospedaje.

“De una forma misteriosa recorrimos toda la ciudad, (…). Luego entendimos lo que Él quería darnos: conocer toda la ciudad. Dios trabaja de forma extraña pero bien segura”, afirmó Ariel.

Hoy llevan viviendo más de dos años en Florencia. Ya establecidos, teniendo en cuenta que en el lugar existían otras 12 denominaciones, comenzaron dando escuelas bíblicas para niños y adolescentes. A la primera asistieron más de cincuenta niños y algunos padres.

Sobre esta experiencia Ariel destaca: “fue algo muy especial y lindo trabajar con los niños, ellos nos llevaron a los adultos. También usamos mucho el método de Cristo. Buscar a los necesitados, enfermos, agobiados y de esa forma dimos a conocer el objetivo que perseguía nuestra iglesia”.

Adays entregando donaciones.

Confinamiento v/s servicio cristiano

En el tiempo de confinamiento, la pareja misionera estableció nuevas estrategias misioneras. “La experiencia durante el tiempo de pandemia fue algo impresionante. Para nadie es un secreto que Florencia se dio a conocer de forma nacional por los medios difusivos por causa de alto grado de contagio y número de muertes por el Covid. Así que se prohibió de forma agresiva toda reunión de cualquier tipo. Así que tomamos otra iniciativa más efectiva, los grupos pequeños en toda la ciudad. Pero como las autoridades nos vigilaban salíamos vestidos con ropa de deporte y sin Biblia para no llamar la atención. Cada sábado memorizábamos lo que teníamos que enseñar y usábamos la tecnología. Salíamos en la mañana y regresábamos ya de tarde para aprovechar bien el tiempo. Quiero resaltar que nadie de los que se reunían en los grupos pequeños fue infectado por el virus. ¡Alabo a mi Dios por eso!”, cuentan con agradecimiento y satisfacción.

Adays elaborando alimentos para compartir con la comunidad.

En ese tiempo también suplieron carencias en la comunidad, según sus posibilidades. Entregaron donaciones de alimentos, aseo personal y ropas. Además cocinaron alimentos para compartir con aquellos que no tenían. Compartieron remedios naturales y asistieron necesidades de su prójimo como manera de desempeñar el servicio cristiano.

Testimonios de vidas transformadas

No son pocos los testimonios que Ariel y su esposa Adays tienen para contar. Ya son un total de cincuenta almas que han llevado a los pies de Jesús. Y, terminado el confinamiento, el 27 de noviembre de 2021 tuvieron una cosecha de cuarenta y tres personas.

Orlaidis y su familia.

“De todas las experiencias vividas la más impactante fue la de la joven Orlaidis y su familia. Esta joven estaba totalmente inválida en un sillón sin valerse de sí misma; y su familia, a raíz de este cuadro de dolor, la había sumergido en el corazón de la idolatría y el engaño. Su esposo Geikel, muy joven, que se encontraba en otro país, tuvo que viajar de inmediato a Cuba porque la situación empeoraba cada día más. Al llegar, y ver la condición de su esposa y su niño de 5 años, enfermó de los nervios, al punto de tomar la decisión de suicidarse para parar con el sufrimiento. Fue en ese momento cuando un amigo de él, que estudiaron juntos, le habló de la iglesia y me llevó junto a mi hijo hasta él para compartir la esperanza en Jesús” -comenta Ariel-.

“Pero más que esperanza vimos el más rápido y poderoso milagro en Orlaidis y su familia levantándola del lecho donde se encontraba postrada. Luego procedimos a retirar todos los ídolos que encadenaban a esa linda familia. Este fue el mayor milagro de tantos que Dios ha hecho en Florencia”.

Arianne y su hija Elidanis.

Pero también este misionero guarda un su corazón muchos otros testimonios. Entre ellos cuenta:

“Arianne, fue una mujer con hábitos y preferencias que la ponían en desventaja frente a la sociedad florentina, necesitaba con urgencia una remodelación completa en su vida. Ella fue rescatada de la profundidad del pecado y fueron rotas las cadenas de Satanás. Yaser, un joven también hundido en la maldad de este mundo, víctima de los vicios del diablo, de igual manera fue arrebatado junto a su familia de la mano del enemigo. Benito, un potencial en la salud del municipio con experiencia médica ejerciendo la función de intensivista durante 12 años, profesor de la facultad y líder pentecostal en Florencia fue otro que, después de cientos de preguntas y dudas aclaradas, decidió abrazar esta verdad junto a su esposa. Argel, un joven que era un sacerdote del diablo porque consultaba y adivinaba en el espiritismo y así tenía a varias personas hundidas en la falsedad y el error, junto a su esposa Mariet, decidió entregar todos los ídolos reconociendo al buen Jesús como rey y Señor para su vida”.

Bautizo de Benito junto a Ariel y el Pastor Samuel Lores.

Entre promesas bíblicas, alabanzas y trabajo misionero.

Este laico asegura que las mayores bendiciones que ha recibido de parte de Dios es la de formar parte del evangelio de salvación, sin merecerlo. Se aferra al mandamiento divino con promesa encontrado en Mateo 28:19,20 “Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo”.

“La ayuda que hemos recibido del trabajo misionero ha sido poderosa para el crecimiento espiritual” –declara Ariel-, “porque el trabajo misionero es la mejor y la única escuela para transformar el carácter cristiano y prepararnos para el traslado a la ciudad santa de Dios. De hecho tengo un eslogan que reza así: ¡Quien no vive para servir, no sirve para vivir!

Ariel y Adays yendo a hacer visitación.

La obra continúa

Ante la pregunta ¿cuáles son sus planes para el 2022? Este predicador del evangelio da una respuesta que denota un marcado objetivo misionero con propósitos espirituales definidos.

1. Discipular y dar herramientas para los nuevos conversos.

2. Seguir extendiendo nuestro mensaje de forma poderosa e impactante.

3. Formar líderes y capacitarlos para que se puedan formar grupos pequeños en todo el municipio de Florencia.

4. Mantener una relación profunda con toda la comunidad.

Sin dudas, las vidas consagradas de Ariel y su esposa Adays al servicio de Dios, constituyen ejemplos de lo que él demanda de su pueblo en estos últimos tiempos. Sirva este testimonio de inspiración para que surjan nuevos misioneros dispuestos a trabajar en la amplia viña del Señor.

Por: MSc. Dianelys Hernández Oliva

Imágenes cortesía de Ariel González.

    3 comments

  • | 2022.07.27 en 4:50 pm

    Inspirador relato de personas dedicadas a la obra misionera… Dios les bendiga siempre…

  • | 2022.07.27 en 5:20 pm

    Alabado sea el nombre de Dios mis hermanos.Maranatha.Dios los Bendiga.
    Maria Antonia de la Iglesia.A.Pino.Avenida cajigal.Holguin Cuba.
    les Regalo josue 1(8-9)Bendiciones.

  • | 2022.07.27 en 9:00 pm

    Impresionante testimonio para la gloria de Dios. Muchas felicidades para esos hermanos misioneros y para Dianelis que con tanto amor se nos está dedicando a la crónica. Dios los bendiga!!!